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  1. Oct 19, 2017 · Miguel Ángel Asturias se casó con Clemencia Amado en 1939. Tuvieron dos hijos, Miguel Ángel y Rodrigo. Se divorciaron en 1947. Desde 1946, se integró a la carrera diplomática, sin dejar de escribir durante su servicio en varios países de América Central, del Sur y Europa. En 1950 se casa con Blanca Mora y Araujo.

  2. Yo pienso en ti, tú vives en mi mente. sola, fija, sin tregua, a toda hora, aunque tal vez el rostro diferente. no deje reflejar sobre mi frente. la llama que en silencio me devora. En mi lóbrega y yerta fantasía. brilla tu imagen apacible y pura, como el rayo de luz que el sol envía. a través de una bóveda sombría.

  3. Este poema expresa el dolor de un joven desgraciado cuya vida ha perdido todo color y frescura. Ahora huye de todo consuelo y ya no siente esperanza ni gloria. Su corazón se ha vuelto frío y está cubierto de tristeza. La única cosa que podría aliviar su vejez es un recuerdo grato, pero nunca ha sido dichoso. Se pide a una doncella apiadarse de su alma postrada y acabar con su tormento ...

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  5. Miguel Ángel Asturias Rosales (Ciudad de Guatemala, 19 de octubre de 1899 – Madrid, 9 de junio de 1974) fue un escritor, periodista y diplomático guatemalteco. Asturias contribuyó al desarrollo de la literatura latinoamericana, influyó en la cultura occidental, y al mismo tiempo llamó la atención sobre la importancia de las culturas indígenas, especialmente las de su país natal ...

  6. Aug 13, 2015 · Poemas de Miguel Angel Asturias. ¡Patria de las perfectas luces, tuya la ingenua, agraria y melodiosa fiesta, campos que cubren hoy brazos de cruces! ¡Patria de los perfectos lagos, altos espejos que tu mano acerca al cielo para que vea Dios tantos estragos! ¡Patria de los perfectos montes, cauda de verdes curvas imantando auroras, hoy por cárcel te dan tus horizontes!

  7. Poemas de Miguel Ángel Asturias. Credo. El Amor. Ella lo Dijo en un Poema. Es el Caso de Hablar. Letanías del Desterrado. Tecún-Umán.

  8. Yo pienso en ti, tú vives en mi mente. sola, fija, sin tregua, a toda hora, aunque tal vez el rostro indiferente. no deje reflejar sobre mi frente. la llama que en silencio me devora. En mi lóbrega y yerta fantasía. brilla tu imagen apacible y pura, como el rayo de luz que el sol envía. a través de una bóveda sombría.

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